lunes, mayo 29, 2006

El Doctor que cura la pesadilla nuclear

Ya mucha gente no lo recuerda, pero en los ochenta (durante la Administración Reagan en Estado Unidos), vivimos permanentemente bajo el temor de que se presentara por fin el tan temido desenlace de la Guerra Fría: La Guerra Nuclear. La antigua U.R.S.S. y los EE.UU. vivían en aquellos tiempos grandes tensiones en diversos lugares. Desde el Medio Oriente hasta Latinoamérica se encontraban zonas de conflicto donde soviets y gringos intercambiaban balas de forma directa por interpósita persona, el ambiente era claro, en cualquier momento se presentaría una nueva situación similar a la crisis de los misiles en Cuba, y esta vez en vez de un Kennedy en la Casa Blanca y un Jrushchov en el Kremlin, teníamos un vaquero loco en Washington y una casta militar asesina en la U.R.S.S.

Gracias en parte a Gorbachov, Juan Pablo II, y en buena medida a los movimientos de resistencia en los países satélites de la URSS y además a que la administración de Bush Sr. fue más abierta al diálogo que la de su vaquero antecesor, mi generación logro ver derrumbado el muro de Berlín y la supuesta finalización de la Guerra Fría, y con ello el fin de la amenaza nuclear.

¿O no?

De un pronto a otro, comenzamos a vivir nuevamente ese miedo. Aparece Mahmud Ahmadinejad (presidente de Irán) amenazando con una carrera armamentista nuclear en medio oriente (que para ser justos comenzó Israel hace ya bastantes años), que se junta a la carrera armamentista que llevan de forma casi suicida la India y Pakistán, que se suma a las ojivas que sabemos China tiene guardadas, que se suman a las de la OTAN, que se suman a las de Rusia (que supuestamente estaba desarmándose pero resulta que aún tiene más de diez mil misiles cargados y listos). Y en este caldo de cultivo no puede dejar de faltar el nuevo cowboy de la Casa Blanca (cada vez más cow y menos boy), que de seguro estaría feliz de disparar si alguien le asegura que la licitación de reconstrucción del mundo se la asignan a Halliburton.

¿Hay alguna forma positiva de ver esta realidad? Por el momento les recomiendo desempolvar en la tienda de vídeo más cercana la película de Stanley Kubrick “Dr. Strangelove o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba atómica.” (1964) Sobre ella escribió un crítico famoso:

La trama es muy sencilla, un general loco (gringo por supuesto) decide lanzar un ataque nuclear a la URSS sin consulta al Presidente, además de bloquear cualquier posibilidad de abortar el ataque. Lo que los gringos no saben es que los Soviets tienen la Máquina del Fin del Mundo: Un artefacto que al detectar una explosión nuclear en territorio Soviético activará todas las armas nucleares del mundo acabando con la vida humana.

¿ES ESTO UNA COMEDIA?

Sí, porque Kubrick descubrió una verdad indubitable y la llevó al cine: La guerra nuclear es tan absurda que sólo perfectos estúpidos serían capaces de llevarla a cabo. Les garantizo que no hay un solo personaje en la película que no sea bastante imbécil lo que hace una tragedia transformarse en una gran comedia.

De destacar las actuaciones de Peter Sellers (3 papeles y arrasa en todos) pero sobre todo la incomparable actuación de George C Scott (en la única comedia que recuerdo de él). Su personaje es digno de ser parte del gabinete de George W. Bush.

¿Esa es mi solución? Dirán mis críticos, ¿frente a la posible aniquilación del mundo a manos de una sarta de maníacos pseudo-religiosos recomiendo alquilar una peliculita?!!!!

Frente a la inmensidad de la estupidez humana, frente a lo monumental absurdo que implica volver a sentir temor por una guerra nuclear, frente al deseo incomprensible de la humanidad de querer aniquilarse, ¿no vale la pena sacar un par de horas y reírse un rato de todo? Es la tercera amenaza de guerra nuclear que hemos conocido como raza humana (dos el siglo pasado y la presente), en las dos ocasiones anteriores, el sentido común (que no es otro que el de supervivencia) prevaleció de alguna forma milagrosa. Por lo tanto, frente a tanta alarma, tanta guerra, tanta estupidez por pedazos de tierra, religiones y petróleo, este cristiano va a sentarse en el sofá y reírse un rato, porque esta nueva guerra sólo la perdemos si nos dejamos llevar por el miedo, y el mayor enemigo del miedo (lo describió bien Eco), no es otro que la burla, la risa.

Les garantizo que unos veinte años, otros locos, fanáticos y vaqueros querrán estallar de nuevo las bombas y será el momento en que les diré a mis hijos “alcánceme el mini DVD del Dr Strangelove…”

8 comentarios:

Anónimo dijo...

estupendo comentario.
lo disfruté. buscaré la movie.

Anónimo dijo...

Carajo! (perdón por el inglés), qué buena forma de quitar el miedo y dar esperanza.

también buscaré la cinta.

Solentiname dijo...

Yo repito todas las anteriores. Voy por la cinta... no tendrás una copia personal de esas que no violan los derechos de autor para prestar a título gratuito a los amigos?

alefux dijo...

suena interesante... cuando consiga la reliquia, estaré de nuevo aquí para juzgarla... :p

Anónimo dijo...

Jajajaa, me encanta Kubrick, hace mucho tiempo que habia visto Dr Strangelove pero no la llegue a apreciar como se debe hasta que Cinemax hizo el tributo de todo Kubrick, hace como 3 años... la razon por la que esta vez le puse mas atencion? Facil, ya en mi alma se asomaba la sombra de la nueva guerra nuclear... Interesantisimo tu comentario, da perfectamente en el clavo... la unica forma de no caer en el miedo es reirnos de nosotros mismos y tratar de razonar un poquito mas antes de hacer la estupidez del siglo. De escenas... escojo cuando finalmente sueltan la bomba... ya me lo olia, era demasiada buena la parodia cinica de vaquero como para no usarla.

En 20 años, mini DVD?? diras "cubo holografico"! un poco mas de optimismo! ;)

enarvaez dijo...

You can´t fight here !! This is the WAR Room !!!
:-)

Marcos dijo...

Jeje... me uno a los que quieren ver la película.

Ventolin dijo...

ah como olvidar al vaquero texano montando la bomba...

en este momento me pone mas nervioso corea del norte que iran la verdad. si quiremos hablar de locos ese es kim jong!