viernes, noviembre 30, 2007

COMETARIOS CORTOS (Noviembre)

A Juan Carlos de Borbón, el único de rey de Europa que siempre me ha caído simpático (por su historial de defensa de la democracia española después de la muerte de Franco), se le cayeron algunas medallas cuando dejando de lado la diplomacia mandó a callar al charlatán que no hacía más que interrumpir al presidente Zapatero. Al contrario de los que han aplaudido de pie al monarca español, este cristiano considera que don Juan Carlos se equivocó. Además de aniquilar todos los manuales de la diplomacia internacional, le dio más alas al demagogo pseudobolivariano para seguir hablando paja.

El discurso de Zapatero sin embargo, fue otra cosa. Ahí estaba un Presidente del PSOE, defendiendo la honra de un expresidente español, y no uno cualquiera, un miembro del PP cuya salida del gobierno se dio por mentir miserablemente sobre el atentado del 11 de marzo con fines electorales. En su desesperación por justificar la participación de España en la estupidez de la guerra en Irak, Aznar quedó como un pelmazo y salió por la puerta pequeña de la plaza de toros y abucheado. Zapatero nos recordó, sin embargo, que al insultar al expresidente Chaves estaba insultando a todos los españoles, por cuanto Aznar fue el presidente de todos.

A veces hasta mí se me olvida que los Gobiernos son el reflejo de la Nación que los sostiene (lo cual no habla muy bien de la mayoría de los países). Que nuestro Presidente, nuestro Congreso, nuestra Corte, son necesariamente el reflejo de una Nación y por ende en principio nos representan a todos nosotros. Y estamos claros que si bien todos los habitantes de este país nos damos el lujo de aniquilar moralmente a nuestros políticos (como manda la democracia), si el ataque viene del extranjero, de inmediato cerramos filas alrededor de nuestro gobierno. Recordemos cuando los Ortegas, los Somoza, los Noriega, los Castro, los militarotes hondureños y salvadoreños, o incluso los cronistas deportivos mexicanos, hablan mal de nuestro país o nuestros representantes de inmediato, nosotros sacamos la cabeza, con mas autoridad que el Rey, y les mandamos un ¡POR QUE NO TE CALLÁS! (en este caso con tilde el la á final) a quien se esté metiendo con nosotros. Tenía razón en esto Zapatero, Aznar será para muchos españoles un pelmazo, pero es SU pelmazo, y el canalla llanero no debía insultarlo.

Termino con una pregunta con juego de palabras y chiste malo incluido: Tomando en cuenta las camisetas y calcomanías con la ahora famosa frase, que circulan por el mundo y principalmente en Venezuela, ¿el rey podrá cobrar royalties?

Algunos comentarios verdaderamente cortos:

Como los opositores a la agenda de implementación del TLC quieren demostrar que no rechazan del todo a los EE.UU. cuando critican las modificaciones a los proyectos de Ley que el Gobierno está tratando de embutirnos, en vez de buscar un término castizo decidieron usar el anglicismo. Ahora hablamos de “TLC-Plus”. Si vamos a usar el inglés, mejor usemos “NAFTA+”. En ambos casos a veces parece que Salom y compañeros están hablando de un desodorante (pero, que admitámoslo, huele bien feo).

Esta última semana de noviembre las cosas parecen estar volviendo a la normalidad en Costa Rica: No se sabe si las fiestas de Zapote tienen o no permisos, las presas en San José son monstruosas, los maestros no saben si van a tener o no nombramientos en propiedad, el ICE hizo una huelga y La Nación está en contra de las mociones que presenta Liberación Nacional en el Congreso.

A Johnny Araya le costó dos años darse cuenta que el confeti en el avenidazo se reciclaba directamente de los caños y que representa un problema para la salud. Lo que llama la atención es que la venta de confeti se prohibió hace quince años por esa misma razón… por cierto, ¿quién era el alcalde de San José en ese tiempo? Ah sí, Johnny Araya.

¿Cómo sabe usted que su cuerpo de seguridad de la empresa es realmente malo? Cuando no pueden ni hacer una zancadilla bien. Para más señas revisen el video de los hechos vandálicos en Alajuela. Lo cierto del caso es que fue una turba pequeña la que provocó el problema (aquí no estamos hablando de la barra brava de Boca o de los hooligans), pero la frase lapidaria del Comandante de Alajuela debe guardarse en los anales de la historia: “No mandé más oficiales para no tener más oficiales golpeados”. Alajuelenses, ¿Quién se siente seguro en ese cantón?

lunes, noviembre 12, 2007

Es nica.

¿Recuerdan en las olimpiadas de Seúl, los locutores mexicanos hablaban de la nicaragüense, hija de padres alemanes y nacionalizada costarricense que ganó la medalla de plata? ¿Recuerdan lo mal que nos caían cuando le negaban la nacionalidad a Silvia Poll?. El viernes la Nación me recordó a esos locutores con una publicación…

Si hubiera sido una noticia de un asalto, hubiera sido nicaragüense…

Si hubiera sido una noticia de violencia doméstica, hubiera sido nicaragüense…

Si hubiera sido una noticia de asesinato, hubiera sido nicaragüense…

Si hubiera sido Daniel el que se pelea con el rey, hubiera sido el presidente nicaragüense…

Pero cuando La Nación decide anunciar la edición especial de su colección Leer para disfrutar, a doble página a color el pasado viernes, presentando el libro de poesías de Rubén Darío, resulta que don Rubén es centroamericano, lo cual es cierto pero…

Darío es nicaragüense, tan nicaragüense como el pinolillo, el quesillo, las tajadas y el hablar a gritos ¿por qué quitarle su nacionalidad para vender sus propios poemas? Me dirán que los poetas no tienen Nación y que son universales. Dígaselo a un chileno, que Neruda ya no es chileno, que es suramericano; o a un español, que Machado es Europeo, o si tiene valor, dígale a un nica que Darío ya no es de ellos.
ACTUALIZACIÓN (13/11/2007): El día de hoy La Nación ya anuncia su librito con el gentilicio correcto del autor...

miércoles, noviembre 07, 2007

TV CRIMEN.

Hace rato no acomodo todas las áreas del cuarto, por lo que les traigo hoy un comentario televisivo. En este acelerado mundo de múltiples obligaciones, me precio de tener un sistema de cable que me brinda 98 canales para que sea utilizado en un 98% del tiempo diurno en el canal Discovery Kids, o en Disney Channel o últimamente en Nat Geo y Yo. Por las noches, por lo general uno llega medio muerto a buscar descanso y en los ratos en que no quiero leer sino entretenerme, trato de navegar por todos los canales (en cuestión de segundos) con el fin de desconectar el cerebro un rato viendo alguna película.

Mis compañeros de estudio me recuerdan como una especie de referente obligatorio cuando se trata de recordar cosas de series de televisión antiguas. Por razones que sólo mi memoria puede explicar, soy capaz de recordar canciones de Plaza Sésamo de los 70’s, nombres de personajes secundarios de series de televisión (como por ejemplo el nombre del cocinero de los Cartwright en Bonanza, o que el hijo mayor de la serie era el mismo actor que hacía de médico en Hombres de Blanco que a la vez estaba basada en un personaje de MASH que no podía estar vivo en San Francisco en los 80’s por cuanto en un episodio de MASH de esa década le avisaban a Halcón que Trampero había muerto), o bien recuerdo series que se transmitieron sólo en algunos limitados capítulos pero que marcaron época en nuestra TV (Dr Who, por ejemplo, que en Inglaterra es un icono histórico de la Televisión aquí pasó en los setentas sin pena ni gloria por canal 6).

Hoy en día, ya no veo tanta tele como hace años. Además de haber renunciado a las ediciones nocturnas de nuestros noticieros y negarme eternamente a ver novelas, mi gusto televisivo nocturno ha quedado para un tipo de serie específica: las policíacas. Amante como fui de El precio del Deber (Hill Streets Blues), en los noventa Policía de Nueva York, se volvió parte indispensable de mi vida nocturna los domingos. Hoy en día, soy uno más de los adictos a CSI. O más bien fui.

CSI es la ciencia puesta en práctica para las series policíacas (un método ya utilizado por UnSub, serie de corta duración que transmitió canal 4 en los noventa bajo el nombre Sujeto Desconocido). Los casos de CSI en cualquiera de sus versiones dejan TODO en manos de la ciencia. Y como los gringos en las películas de guerra, la ciencia siempre triunfa. Mientras me iba entusiasmando con la serie me empezaba a hacer falta el elemento humano de la serie policial (y no me refiero a la historia de amor que los gringos meten hasta en los documentales). Me refiero a la labor de pensamiento crítico del policía, que en casos como Columbo o en los 70’s o el detective Cyfuentes en NYPD Blue, era parte necesaria para resolver el caso (y en el caso de Policía de Nueva York unas cuantas violaciones a los derechos humanos ayudaban también).

Hace unos años el cable (HBO) me trajo “Touching Evil” una serie británica, donde el protagonista Dave Creegan seguía primero sus instintos y luego la ciencia para resolver. La serie no era megaviolenta ni gráfica, pero la búsqueda de la verdad, que es la metáfora latente siempre en los policiales, estaba centralizada en la mente de Creegan, el hombre, no el científico. El mismo actor (Robson Green) es el protagonista de una serie que me ha hecho abandonar el barco de CSI: Wired on the Blodd, en este caso, el protagonista (Dr. Tony Hill) es un psicólogo especializado en criminalística, que trabaja con la policía inglesa resolviendo por lo general homicidios. La serie es un acertijo mental que uno va resolviendo junto con el doctor por lo general con un desenlace brutal y doloroso, para todos: la verdad suele venir acompañada de un precio muy alto.

Si está harto de bailar por un sueño o de glándulas mamarias paradisíacas, y quiere una serie de policías que le ponga un poco de suspenso en la noche, le recomiendo que revise su programación y acompañe al Dr. Hill a resolver un crimen. Y si usted es un seguidor de Grissom y sus muchachos de las Vegas, le reto a dejar de lado la ciencia por un rato y métase un rato en la mente del criminal.