Gracias en parte a Gorbachov, Juan Pablo II, y en buena medida a los movimientos de resistencia en los países satélites de
¿O no?
De un pronto a otro, comenzamos a vivir nuevamente ese miedo. Aparece Mahmud Ahmadinejad (presidente de Irán) amenazando con una carrera armamentista nuclear en medio oriente (que para ser justos comenzó Israel hace ya bastantes años), que se junta a la carrera armamentista que llevan de forma casi suicida
¿Hay alguna forma positiva de ver esta realidad? Por el momento les recomiendo desempolvar en la tienda de vídeo más cercana la película de Stanley Kubrick “Dr. Strangelove o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba atómica.” (1964) Sobre ella escribió un crítico famoso:
La trama es muy sencilla, un general loco (gringo por supuesto) decide lanzar un ataque nuclear a
¿ES ESTO UNA COMEDIA?
Sí, porque Kubrick descubrió una verdad indubitable y la llevó al cine: La guerra nuclear es tan absurda que sólo perfectos estúpidos serían capaces de llevarla a cabo. Les garantizo que no hay un solo personaje en la película que no sea bastante imbécil lo que hace una tragedia transformarse en una gran comedia.
De destacar las actuaciones de Peter Sellers (3 papeles y arrasa en todos) pero sobre todo la incomparable actuación de George C Scott (en la única comedia que recuerdo de él). Su personaje es digno de ser parte del gabinete de George W. Bush.
¿Esa es mi solución? Dirán mis críticos, ¿frente a la posible aniquilación del mundo a manos de una sarta de maníacos pseudo-religiosos recomiendo alquilar una peliculita?!!!!
Frente a la inmensidad de la estupidez humana, frente a lo monumental absurdo que implica volver a sentir temor por una guerra nuclear, frente al deseo incomprensible de la humanidad de querer aniquilarse, ¿no vale la pena sacar un par de horas y reírse un rato de todo? Es la tercera amenaza de guerra nuclear que hemos conocido como raza humana (dos el siglo pasado y la presente), en las dos ocasiones anteriores, el sentido común (que no es otro que el de supervivencia) prevaleció de alguna forma milagrosa. Por lo tanto, frente a tanta alarma, tanta guerra, tanta estupidez por pedazos de tierra, religiones y petróleo, este cristiano va a sentarse en el sofá y reírse un rato, porque esta nueva guerra sólo la perdemos si nos dejamos llevar por el miedo, y el mayor enemigo del miedo (lo describió bien Eco), no es otro que la burla, la risa.
Les garantizo que unos veinte años, otros locos, fanáticos y vaqueros querrán estallar de nuevo las bombas y será el momento en que les diré a mis hijos “alcánceme el mini DVD del Dr Strangelove…”