Si viviéramos en un país con un modelo de Estado Parlamentario, los problemas de la elección pasada (en su mayoría provocados en mi criterio por la inoperancia del Tribunal Supremo de Elecciones, pero esto lo trataré mañana) no hubieran provocado el ambiente de “incertidumbre” (entre comillas por cuanto era evidente que no iban a ocurrir grandes variaciones en los resultados). En un sistema parlamentario (como los existentes en Alemania, Inglaterra o Israel), el Dr. Arias hubiera tenido que concertar un gobierno de coalición, compartiendo el poder con alguno de los partidos derrotados.
En este sentido, Don Óscar hubiera podido escoger como miembro de la colación a los partidos minoritarios en cuanto a representación en el Parlamento (PUSC con cuatro o cinco diputados, Movimiento Libertario con seis, PASE con uno, y PRN con uno) para buscar una mayoría absoluta junto con sus veinticuatro o veinticinco diputados.
Esta primera fórmula es similar a la seguida por Sharón en Israel y antes de él Netanyahu cuando el Likud se alió con los minoritarios de extrema derecha para formar el Gobierno. En esta ecuación es casi seguro que Liberación no podría contar con el aporte del diputado del Frente Amplio. La fórmula tiene grandes desventajas por cuanto la alianza depende de partidos pequeños en representación que si se salen de la coalición producen fisuras en el Gobierno (Sharón perdió el apoyo primero de la extrema derecha israelí y cuando perdió el control del parlamento por ende, el Likud decidió separarse ideológicamente de su Primer Ministro con lo que se provocó la disolución del Parlamento y la consecuente convocatoria a elecciones).
La segunda posibilidad de coalición hubiera sido similar a la producida en Alemania con la elección de Angela Merkel, que al no obtener una mayoría absoluta decidió optar por un gobierno de coalición con el Partido Socialista de Gerhard Schröder (que fue segundo en las elecciones. En este caso, la coalición se da entre partidos mayoritarios y comparten el Poder, con la ventaja de que se garantiza la gobernabilidad al estar tanto el Ejecutivo como el Legislativo integrados de forma similar, lo que facilita (en principio) la cooperación entre Poderes. Evidentemente este tipo e alianza en países como el nuestro puede provocar resquemores por cuanto hubiera implicado que el PAC cogobernara con el PLN ocupando cargos en el Poder Ejecutivo, lo que en principio parece ideológicamente imposible (claro eso implica aceptar que ambos partidos tienen alguna ideología lo cual es discutible).
Aunque nuestra Constitución no contempla la posibilidad jurídica del Gobierno de Coalición; sinceramente, este servidor esperaba al menos un gesto de acercamiento por parte de ambos contrincantes políticos. Creo que si bien los medios de comunicación masivos se encargaron de aniquilarle al PAC y su candidato buena parte de su “encanto” al combatir furiosamente la actitud del partido de solicitar nulidades del proceso electoral, un gesto del Dr. Arias (que insisto se perfilaba ganador desde el domingo 5 de febrero), de acercamiento e invitación a formar parte del gobierno al PAC hubiera sido una excelente maniobra (un jaque ajedrecístico). Hubiera implicado que Arias aceptaba que una minoría extremadamente representativa lo adversaba (y adversa) como Presidente, por lo que invitaba a esa minoría a formar gobierno (nota al margen al día de hoy Don Oscar sigue hablando como si lo hubieran elegido dos millones de costarricenses y ganado la elección por un 75% de los votos lo cual en mi criterio es una falta de respeto a la “minoría” de cerca del 40% de los electores que no votaron por él).
Ese gesto, hubiera puesto en jaque a Ottón, por cuanto un rechazo absoluto a la idea (que sería lo esperable) lo dejaba como político sediento de poder que sólo aspira al poder personal, y se lo aceptaba y coincidía con don Oscar en formar el gabinete de forma conjunta, el PAC tendría que cargar con los aciertos y desaciertos de
En todo caso el gesto no ocurrió, pero me hubiera gustado que frente a un proceso electoral como el vivido, los costarricenses hubiéramos tenido la oportunidad no sólo de probar nuestra madurez como electores, si no de medir la madurez de nuestros gobernantes. Por el momento ¿alguien quiere modificar
1 comentario:
Un sistema parlamentario haría más que bien a la política del país.
¿En qué estaba pensando? ¡Estamos en Latinoamérica!
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