martes, octubre 31, 2006

Adiós, Mundo de Fantasía

El final de la temporada de béisbol de las grandes ligas ha significado mi retiro de una actividad nacida para Internet y que por unos cuantos años me hizo un experto en deportes norteamericanos. Me refiero a las ligas de fantasía que desde el año 2001 he venido practicando ininterrumpidamente en las ligas que promociona el portal de Yahoo! en inglés.

Para los que no las conocen, las ligas de fantasía funcionan así: el jugador se suscribe a una determinada liga y mediante un proceso de selección (draft) escoge jugadores profesionales para llenar cada posición de su equipo. Cada día, cuando los jugadores reales participan en los partidos de la liga profesional real, acumulan puntos estadísticos (por ejemplo en el baloncesto, cada punto anotado o cada rebote recogido son puntos positivos, cada falta son puntos negativos). Al final de la jornada la totalidad de puntos obtenidos por los jugadores reales se trasladan a tu equipo de fantasía.

Existen dos tipos de ligas: Rotisserie (donde acumulan puntos todo el año y el que tenga más cantidad de puntos al final de la temporada gana) y Head-to-head (donde cada semana uno acumula puntos frente a un rival de la liga de fantasía. Las head-to-head tienen una etapa clasificatoria y una de play-off.

Quien escribe comenzó su carrera de deportista de fantasía en las ligas tipo rotisserie de béisbol y luego de baloncesto (con jugadores de las grandes ligas y de la NBA), para luego emigrar a las de fútbol americano (con jugadores de la NFL). Salvo las de la NFL, las otras ligas implican un seguimiento casi diario, con muchas horas de análisis de los jugadores que son constantes en acumular puntos y aquellos que sólo permanecen encendidos por períodos cortos de tiempo. Esto por cuanto los equipos permiten cambios en la planilla que le permite a uno deshacerse de los malos jugadores y conseguir a los mejores cada vez que sea posible. Además es posible intercambiar jugadores entre equipos.

El fenómeno de las ligas de fantasía es enorme en los Estados Unidos e incluso se considera que muchos deportes (el béisbol especialmente) han obtenido un incremento en el número de fanáticos debido a los aficionados a las ligas. Sólo por poner un ejemplo, una las últimas ligas de béisbol que jugué este año (con pésimos resultados, valga decir) tenían como número de identificación el 270113, lo que implicaba que al menos había 270112 ligas más funcionado.

Ahora, al terminar la temporada del 2006 del béisbol, este manager se retira. Mis obligaciones familiares, de estudio y profesionales me obligan a dejar una actividad que me fascina pero que me quita mucho tiempo y esfuerzo, y que ya ha dejado de ser una diversión, por cuanto la falta de tiempo me obligó a terminar la temporada dejando abandonados dos equipos y una liga en la que además era el comisionado (es decir el supuesto coordinador de la liga).

Detrás queda un campeonato en béisbol, un par de subcampeonatos en la NFL y una larga lista de anécdotas relativas a las conversaciones-basura (trash-talking) que sosteníamos en línea los jugadores en las cuales exagerábamos las bondades de nuestros equipos mientras vilipendiábamos al rival.

Y aunque parezca difícil, dejo atrás a un grupo de amigos gringos locos, que me acompañaron en una liga especial de béisbol, que luego emigró al fútbol, pero que mantiene sus lazos en el deporte de los bates y las bolas. Es difícil hablar de amigos en línea, con los cuales nunca he podido conversar frente a frente, pero que por la camaradería del deporte nos hemos mantenido en contacto por casi cuatro años (incluso fundamos un grupo discusión en Yahoo! para poder hacer el draft y mantener el contacto cuando no había béisbol). Así nos enteramos de los problemas de salud de nuestro comisionado Dr Seabux (Clifford Harvey) que sufrió dos reemplazos de cadera en los últimos años, el nacimiento del sétimo hijo del cuñado de Seabuxx, Wilmintong Wombat (Thomas Ewing), las aventuras de Catman (Hal Allen), o de Potomac (Theo Harvey, hermano del Dr.). En alguna ocasión, los Harvey incluso convencieron a su hermana (Nancy) para que participara en la liga, a fin de que tuviéramos suficientes jugadores. Todos ellos junto con el temible Rainers (lo siento, a la fecha de hoy no sé su nombre real, pero es temible porque nos ha ganado tres años seguidos la liga). Estos caballeros y señorita son todos oriundos de Seattle, aunque algunos viven ahora en otros estados. Por ellos, este comentario aparece hoy en el cuarto en Inglés. Es mi despedida de la más loca liga de béisbol que se haya conocido, tan loca que la terminamos nombrando The Insane Asylum. A todos mis amigos del asilo, en las inmortales palabras de Lou Gehrig: He sido el jugador más afortunado del mundo, porque pude jugar con ustedes.

Agradecimiento especial también a bigDave, que me invitó a participar en algunas de las ligas más competitivas que he conocido y donde el trash-talking era fenomenal.

A partir de hoy, vuelvo a ser un simple aficionado.

¿o acaso volveré?

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