jueves, agosto 10, 2006

Marcos

Siguiendo con la promesa de revisar mi biblioteca, hoy quiero hablar de la primera novela de un autor nacional que cayó en mis manos allá por 1977. Si bien la primera autora nacional que leí (como muchos de mi generación) fue a Carmen Lyra (con sus cuentos de Mi Tía Panchita), la primera vez que me enfrenté a una novela que no era escrita por Julio Verne o Alejandro Dumas fue cuando tomé el libro de Carlos Luis Fallas: Marcos Ramírez, aventuras de un muchacho.
Yo ya había leído para entonces, una versión condensada de Tom Sawyer, por lo que encontrarme con una novela donde un niño de mi edad era el protagonista, pero que en vez de andar por el Sur de los Estados Unidos, andaba caminando por las calles de San José (y de Alajuela, por supuesto), me llamó poderosamente la atención. Marcos Ramírez es una novela de aventuras de fácil lectura para las personas en edad escolar pero que a la vez, cuando lo retomas en la adolescencia o en la madurez, descubres el profundo trasfondo social que contenía, la descripción en primera persona de hechos políticos de nuestra nación en la supuesta época de gloria del liberalismo y además una muy detallada descripción de la forma de vida y el paisaje urbano y rural del Llano de Alajuela, de San José de principios del siglo pasado e incluso un par de paseos a Puntarenas y a Atenas.


Marcos es el centro de la novela, el resto de los personajes son extraordinariamente secundarios (cosa que no ocurre en Tom Sawyer, Calufa no le puso a su Marcos ni un Huck Finn ni una Becky Tatcher). Todos los amigos de Marcos son pasajeros (como lo son los amigos de un niño que pasa cambiando de escuela o en el caso de Marcos, perdiendo algún año). Los familiares de Marcos (salvo Fidelia la madre y Zacarías) sirven de complemento para conducir la narración pero podría prescindirse de alguno y el resultado sería el mismo. Aquí aventuro una crítica, la obra tiene muchos personajes que literalmente sólo están para adornar el paisaje dejando algunas relaciones familiares interesantes en el aire (por ejemplo, en la casa de Marcos había seis hermanas menores las cuales NUNCA son mencionadas).


A pesar de lo anterior, la novela es una maravilla para el lector. Tiene la enorme ventaja que el diálogo es honesto, sin florituras, sin exagerar en demasía los costarriqueñismos, todo en dosis justas y hasta dos mentonazos de madre bien acomodados (uno memorable y que todavía me provoca una carcajada cuando lo leo: el que va dirigido a la suegra de Zacarías después de la batalla con el zorro hediondo). Además la obra viene aderezada por algunas de las mejores leyendas de nuestro folklore, pues nos enteramos por ejemplo, que el verdadero nombre del Cadejos era Lizardo y que la única forma de derrotarlo era mostrarle la cruz de la cruceta.


Contrario a lo que se pueda creer (por la ideología de Calufa), no se percibe en la obra un resentimiento social. Marcos y su familia son pobres pero ni Marcos ni ningún otro personaje es presentado como héroe de clase. Hay una cuantas menciones al discurso social de la izquierda, pero la obra no es un panfleto político. La obra es una novela de aventuras, aventuras de un muchacho y de uno de los buenos. De los torteros, de los que quiebra vidrios, tiene novias, y se da de trompadas con cualquiera. Que falta a la escuela, que es inteligente y que le repugna la autoridad ejercida brutalmente. Que se revela contra el sistema.

Marcos además, como este lector de quien se hizo amigo hace casi treinta años, es fanático de los libros. Ahí señores, Ramírez dejó a Sawyer muy atrás.

Si algún profesor de español cometió el delito de desgraciarles esta novela (como suelen hacerlo impunemente), por favor tómela ahora, y vuelva a ponerse la flecha en el bolsillo. Le apuesto que puedo pegarle a ese pájaro en la ventana de la botica…


PS: Al contrario del Ruiseñor, este libro lo puede leer cualquier niño mayor de seis años y menor de ciento cuarenta y tres.

7 comentarios:

djtopo dijo...

algo muy cierto que decís al final (que por cierto tambien es uno de mis libros favoritos) es lo de retomar los libros que nos desgracian en el colegio...cuando no los vuelve a leer se enamora profundamente, caso que me sucedió con zalacaín el aventurero...

Adrián Solís Rojas dijo...

a marcos ramírez me lo encontré una vez q ya no tenía nada que leer q me gustara en mi casa (allá por los lejanos 8 o 9 años). Y estoy seguro de habérmelo leído mínimo unas 11 veces. siempre me ha gustado.

de paso, el quijote me sigue haciendo ojitos desde el segundo año de u y no he tenido tiempo.

Solentiname dijo...

Calufa fue mágico para mí. Hasta me convenció de que tal vez yo también podría algún día escribir. Las infancias no cambian en vivencias, creo. Marcos hablaba por todos aquellos torteros, solillos, lectores, que les pegaban. Y fue maravilloso saber que él si existía y que fue un hombre de carne y hueso.

El Orfebre Segismundo dijo...

Uno de los libros que más me ha gustado. Lo leí por primera vez en el cole, y creo que fue el primer libro con el cual rei mientras leía. Desde entonces me muero de ganas de volverlo a leer.

Anónimo dijo...

Novela entrañable, como muchos la llegue a conocer por el colegio; ahora no me puedo explicar como putas la quitaron del programa educativo. Maes al chile que estamos gobernados por imbéciles.

Les recomiendo "Mi Madrina", si le ponen atencion se darán cuenta que cierto personaje aparece tambien en Marcos Ramírez.

Palaca dijo...

"Anonimo" Te cuento que el libro volvio al programa, justo ahora lo estoy leyendo y tengo que hacer una revista de el... creo que los ruegos de todos dieron resultado

Anónimo dijo...

No todos los profesores de Español somos asesinos de libros. Por favor!!!! Existimos muchos profesores de Español que acercamos agradablemente a los estudiantes a los textos y ellos crean su lectura personal. Muchas veces a través de nuestra magia entusiasta ellos logran saborear el texto. ¡Qué pasa! Existen profesores de Español magníficos.