Uno de esos regalos que uno agradece, a principios de año recibí Gomorra de Roberto Saviano. Me había perdido la película y tomé el libro de inmediato para toparme con un enorme reportaje novelizado y que lo deja a uno pensando que el mundo está tan podrido que no tiene salvación posible.
De entrada, el autor nos mete de cabeza en la realidad del mundo de la moda, las prendas piratas, las prendas piratas que se hacen en Italia, las patrocinan ciudadanos Chinos y las venden con la marca original, encargadas por las propias casas de moda, con el fin de reducir costos y poder dar descuentos a los mayoristas y detallistas. El autor concluye: cualquier prenda que se compre con la marca italiana original en el continente americano tiene un 95% de probabilidades de ser pirata, aunque la compre en la tienda oficial de la marca.
Luego, la novela-reportaje se mete de cabeza en la camorra napolitana, la cual si bien no es tan "glamorosa" como la mafia siciliana, resulta ser efectivísima, mejor organizada, mas brutal y con mayor riqueza e injerencia en el comercio mundial que la OMC.
El autor está metido de cabeza no en la elaboración del reportaje, sino en la vida común del napolitano, el infierno de una sociedad sin ley, sin orden más que la ley de la selva, el crimen, la droga, el contrabando, y la muerte en todas sus presentaciones. El relato de Saviano lo deja asqueado a uno por cuanto él mismo ya no soporta esa realidad y la transmite crudamente, casi sin dejarnos respirar por el olor a podredumbre que el resto del mundo parece querer olvidar o mejor aún pasar por alto en nombre del libre comercio.
Saviano vive en la actualidad con una condena de muerte sobre su cabeza dictada por la única autoridad con poder en la Gomorra Moderna. Si ocurre el suceso, su libro será el más digno de los epitafios.
Gomorra (Sabiano, Roberto 2008) le quita a uno de la cabeza el romanticismo mafioso de las novelas de Puzo, y lo hace con la delicadeza de una patada en la boca-
1 comentario:
Talvez lo lea algun dia si tengo la oportunidad, no me llama la atencion ese tipo de denuncia social.
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