Desde antes de su estreno estaba con problemas para aceptar el nuevo proyecto de Mr. Cameron. Al igual que pasó con La Pasión de Mr. Gibson, el exceso de fanfarria antes del estreno me quitó las ganas de ver la nueva fábrica de dinero de Fox y el creador de Termintator. Adicionalmente ocurrió un fenómeno que al menos en nuestro país sólo ocurría con Tarantino y Tim Burton: la crítica se rindió antes del inicio de la pelea. Por último, un accidente: se me ocurre escuchar una mañana Monumental y oigo a Amelia y a sus fieles oyentes al borde del fanatismo religioso cantando loas a los na’vis y su ecoreligión. Ahí se me murió el interés en principio, no admito que un proyecto diseñado para hacer que un multimillonario se haga multitrillonario y haga multicuatrillonaria a la empresa distribuidora pueda ser la base de la nueva religión del siglo XXI. En eso doña Amelia y sus oyentes me sonaron demasiado a esos argentinos que tienen una Iglesia dedicada al adicto exfutbolista.
Frente a todos esos factores, el geek interior, ese que hizo ver 17 veces en el cine Star Wars en los 70, me obligaba a ir a ver la película que revolucionó el concepto de efectos especiales y presentación en 3D. Por supuesto que siguiendo el más absoluto sentido del consumo decidí además asistir al nuevo cine IMAX para que si la película decepcionaba, al menos el encanto de la gran pantalla y la alta resolución hicieran valer el boleto. Primera nota técnica: la pantalla tiene una enorme resolución, y es un gigantesco avance tecnológico, pero en cuanto al publicitado tamaño… bueno. Los que tenemos más de 40 recordamos la pantalla del REX, ESO ERA UNA PANTALLA GRANDE. La del IMAX de Repretel puede tener un área de la mitad de la gloriosa Silver Screen Cinemascope del extinto cine josefino. Aún así es enorme en comparación con sus congéneres de los centros comerciales. Segunda nota técnica: El sonido de la sala no es de la mejor calidad. Si hicieron la inversión de una extraordinaria tecnología visual deberían haber incluido un sistema THX por lo menos (Sí, soy un geek, ya se los dije). Tercer nota técnica: Es de muy mal gusto que le den a uno los anteojos 3D chorreando de agua porque acaban de lavarlos. Especialmente porque al darse uno cuenta que es agua, tiende a pensar que no están desinfectados sino sólo pasados por agua.
La película es buena. En los mismos términos que las películas de Star Wars son buenas, o las de Indiana Jones, o la primera de Jurasicc Park. El argumento es en realidad la revisión futurista de la conquista de cualquier cultura. El blanco conquistador se enamora de la aborigen guapa (Disney debería demandarlos por el plagio de Pocahontas), los diálogos son apenas para cumplir y las escenas de violencia o acción están bien ubicadas y justificadas. El argumento queda abierto para la inevitable secuela (¿o ustedes piensan que los malvados industriales colonizadores no van a regresar a cobrar venganza?). El malo es bien malo, los menos malos también son menos malos y el héroe es el blanco por supuesto, (el héroe de la tribu muere en batalla y la heroína ya se enamoró del blanco). La supuesta filosofía ecológica (tan alabada por doña Amelia y tan criticada por el Vaticano), me pareció insulsa y liviana especialmente cuando la deidad ecológica decide tomar partido a favor de un ejército (al parecer los na’vis no necesitan un arca de la alianza para estas intervenciones).
Me dio nostalgia ver a Sigourney Weaver en su regreso al espacio con su primer director. Francamente yo esperaba que su muerte fuera a manos de alguna criatura sin ojos y con aliento de ácido que la atravesara el esternón mientras cantaba “Hello my baby hello my honey…”, pero era evidente que Ripley tenía que morir en manos del ejército pagado por la compañía (un estudio registral de la compañía a cargo de la explotación en Pandora demostraría que posee una mina prisión abandonada y que está a cargo de los prisioneros y además patrocinó el viaje inicial de Rypley y demás congéneres).
Ya más en serio, los efectos especiales son extraordinarios, la animación 3D es impresionante y la película te atrae como cualquier buena película de acción. No creo que la vea nuevamente en el cine (no más lentes chorreantes), pero creo que será la película de esta generación como Star Wars fue la película de mi generación, de ahí que no me extraña que Cameron quiera hacer una trilogía para ver si el ecoculto es más fuerte que la fuerza…
5 comentarios:
No pude evitar reirme cuando hiciste referencia a "Space Balls". (El Alien cantarín). Definitivamente estamos viejos ya... En casi todo lo demás de acuerdo...
Seré muy exigente... pero en efectos especiales me quedó debiendo. Esperaba en realidad más de la famosa tecnología que supuestamente nos iba a hacer dudar entre que era animado y que era filmado.
Aún así el argumento me pareció increíblemente predecible. Hasta el malo que no se muere con nada.
Te recomiendo ver este final alternativo para la película. http://www.youtube.com/watch?v=kXraSkgssFk
Y las islas flotantes?
Eso nada q ver!!
Me gustó ese final alternativo :D
Llegué tarde a la entrada de blog, mucho más para comentarlo pero, aprovechemos! En lo personal estoy cansada de las trilogías sumamente largas, llenas de efectos especiales, con tramas insulsas. Si a Avatar se le quitara alguna de las partes en las que pasan volando y gritando con los pajarotes, la película se reduciria como 30 minutos. El guión no trae sorpresas y los efectos especiales pierden su calificativo cuando se lleva 2h30min "nalga" en el cine. Al fin de la película, en vez de tener un sentimiento de paz, tenía ganas de que los mataran a todos de una vez y ya se acabara...
Y lo de trilogías es porque compartu tu opinión de que la saga va para largo... y, lo peor, la veremos...
Publicar un comentario