viernes, abril 27, 2007

Comentarios Cortos (abril)

El pasado lunes fue la votación en la Asamblea Legislativa para aprobar la convocatoria a referendo del Tratado de Libre Comercio (CAFTA). La votación comenzó a las seis de la tarde y cada uno de los cincuenta y tres diputados presentes tuvo diez minutos para justificar su voto. En cada uno de esos diez minutos fue posible escuchar algunas de las peores diatribas que la historia parlamentaria, pero la que se llevó las palmas fue la jefa de fracción del PUSC, USC o como que llame, cuando dijo “¡FUERA VENEZUELA DEL REFERENDO, FUERA CUBA DEL REFERENDO FUERA ESTADOS UNIDOS DEL REFERENDO…!!!” (las mayúsculas son por que lo dijo a gritos). De un momento a otro se queda pensando uno para que diablos gastan nuestros impuestos en darle un micrófono y una transmisión radial a los diputados, pero lo mejor fue que para el día siguiente el teléfono chocho que es el correo de las brujas ya había desfigurado el discurso de doña Lorena y la estuvieron criticando porque en su discurso pidió que los EE.UU. quedaran fuera del TLC. Como siempre no hay que creerle al correo de las brujas ni a los diputados.

Por lo general soy muy respetuoso con el presidente pero cuando me insulta la inteligencia me enerva la sangre. En un periódico salió diciendo que los ticos antes de votar no eran capaces de leer 3000 páginas del TLC. Tres mil páginas es el equivalente a 15 libros de doscientas páginas cada uno que es lo que en promedio este servidor lee en unos seis meses sólo por entretenimiento. Si el gobierno hubiera publicado el TLC para que todos lo pudiéramos leer y no lo hubiera ocultado en una edición limitada de La Gaceta, muchos de los ticos que sí saben leer lo estarían leyendo completito. Por cierto, don Oscar, ¿YA LOS LEYÓ USTED?

Por lo general tengo una relación de paciente-mal necesario con los programas de Microsoft. Pero hoy el monopolio me sacó de quicio. Resulta que la nueva versión de Office emite documentos que no son compatibles con la edición de 2003 (lo noté porque no pude leer un trabajo de uno de mis estudiantes, hecho en Word pero que ahora en vez de usar la terminación .doc usa una nueva terminación: .docx). FELICIDADES BILL GATES, uno de los pocos que no te detestaba en el mundo occidental acaba de cambiar de bando. Por cierto, ¿alguien ha visto a un libertario hablando pestes del monopolio de Microsoft? Ah perdón, se me olvidó, los monopolios privados son buenos, los malos son los públicos.

Para los neoliberales que están frotándose las manos por los apagones y esperando por fin la caída del ICE y el ingreso de las transnacionales privadas, ingresen a alguno de los periódicos de Nicaragua (El Nuevo Diario o La Prensa), busque noticias de Unión Fenosa y descubra por qué en Nicaragua hablan de ALUMBRONES en vez de APAGONES.

Pasó abril de 2006 y pasó abril de 2007 y no se celebró UN SOLO ACTO OFICIAL que recordara el sesquicentenario de la Campaña Nacional (1856-1857). Tal vez se están esperando al 8 de mayo para celebrarlo (Si usted está leyendo esto y no sabe que tiene que ver el ocho de mayo con la Campaña Nacional busque rápido sus libros de historia, yo no se lo voy a contar).

miércoles, abril 25, 2007

Desempolvando la biblioteca (10). Retorno a la escuela.

Lo mencioné de pasada cuando comenté a Don Cato y cuando criticaba la gran idea de un arquitecto. Este es un libro que me marcó profundamente en mi niñez y que me hace pasar grandes recuerdos y emociones en mi época actual.

Enrique Bottini, el narrador que apenas destaca como protagonista, su amigo Garrone, el gigante bondadoso que sufre en media novela la muerte de su madre, Derossi el superdotado, Stardi el testarudo que decide aprender o reventar y aprende, y el malvado Franti, el criminal infantil que no falta en una escuela, acompañados por el severo maestro Perboni, que tras su barba y su arruga pronunciada en la frente esconde un corazón enorme y una vocación de enseñanza de esas que ya no se encuentran.

Me refiero a Corazón de Edmundo de Amicis (1846-1908), del cual tengo que decir que esta es la única novela que conozco y aunque su biografía menciona varias publicaciones adicionales Cuore es la única que ha pasado la prueba del tiempo. La trama se desenvuelve durante el quinto año escolar de Enrique y sus compañeros, donde la amistad, la enfermedad, la muerte, la valentía, el heroísmo y la patria son tan protagonistas como los muchachos de la Escuela Baretti (que para mis efectos, en mi imaginación siempre fue y será para siempre el edificio metálico).

El diario de Enrique nos guía además un poco por la historia de la nueva Italia, nos presenta al Rey Humberto (hijo de Víctor Manuel), y al héroe Garibaldi. Nos llena además de guía paterna, cuando la madre y el padre de Enrique le escriben notas en su diario, en algunos casos severas, la mayoría aleccionadoras (imagínense en estos tiempo de Sala Constitucional si a un papá se le ocurriera el terrible delito de leer el diario de sus hijos y peor aún, ¡dejarle notas en el!).

Las aventuras de los muchachos son hermosas y excelentemente narradas y como si esto fuera poco, cada mes Enrique debe transcribir un cuento para su clase (nueve en total) y De Amicis nos regala ahí dos de los más maravillosos cuentos de la literatura italiana Sangre Romañola bellísima historia de amor y redención de un niño problemático y De los Apeninos a los Andes, que para los que no lo recuerdan es la historia de un tal Marco que debe viajar a la Argentina a buscar a su madre… (si no lo recuerdan ahí les va una pista… en un puerto, italiano al pie de las montañas…).

¿Por qué les recomiendo un libro de muchachos? Porqué sí en primer lugar (al fin y al cabo es mi cuarto), pero además porque hace un par de años mi esposa y yo nos topamos con la difícil tarea de regalarle algo a un niño que tiene la extraña enfermedad de la lectura (al fin y al cabo se llama Eduardo, cómo no la va a tener) y cuando comenzamos a buscar un libro que le pudiera gustar Corazón saltó del anaquel directo a mis manos y no encontré nada en toda la librería que fuera mejor que ese libro para un muchacho que está llegando a la edad en que puede perder su alma en el Nintendo si un libro no lo rescata.

Y tal vez alguno de ustedes conozca a un niño que quiera leer algo bueno, o tal vez su niño interior le está pidiendo salir a jugar… Enrique lo está esperando en la escuela.

martes, abril 17, 2007

Al final, el destino lo definimos nosotros.

No hay una sólo excusa posible. Las elecciones nacionales de febrero del año pasado demostraron que no importa el masivo ataque publicitario, la indiferencia al debate o las peleas de boxeo simuladas, el tico no cree en encuestas cree en las urnas.

Tal vez cada día cree menos en ellas, pero al menos los que vamos a votar no vamos encandilados por la parafernalia. Vamos a tomar una decisión.

Por primera en vez en más de cincuenta años de esto que llamamos Segunda República se nos presenta la oportunidad de decidir nosotros el futuro de nuestro país. Esta no es la hora de creer en falacias, es la hora de usar la razón y determinar si queremos o no un determinado modelo económico y social.

No me insulten la inteligencia diciendo que la propaganda oficial va a provocar una masiva participación. Salvo por Hugo Chavez y sus compadres suramericanos, ningún Gobierno Latinoamericano ha hecho triunfar su postura oficial en un referendo (pregúntele al cadáver de Pinochet). No insulten mi sentido común cuando nos dicen que este país se va a caer sin el famoso Tratado cuando sólo en este año hemos tenido mejores indicadores económicos sin el Tratado que toda Centroamérica con el Tratado. No me salgan los opositores al TLC diciendo que no pueden hacerle frente a los millones de la campaña oficial cuando en sus filas están los multimillonarios arroceros (y además no me trago que el sector sindical no tenga plata, si tan convencidos están de su verdad ¿están dispuestos a rasparse el bolsillo por ella?). Por último que el gobierno deje de hablar desempleo, penurias y males por venir, cuando ha actuado durante todo este primer año como si el tratado no le importara tanto.

Señores, los demócratas de EE.UU. han señalado que deben revisarse todos los tratados para enmendar distorsiones que perjudican a los trabajadores de Estados Unidos. Salvo que la estupidez norteamericana llegue a niveles insospechados (o que los Republicanos lancen a Guilliani en vez de McCain) los demócratas van rumbo a la Casa Blanca. Los Arias saben esto y creo, por sus actuaciones y omisiones que no se van a rasgar las vestiduras si el TLC se va por la borda, por cuanto es posible que el panorama político norteamericano cambie a tal grado que el resto de Centroamérica quede amarrado a un TLC republicano en un gobierno demócrata y nuestro país libre de la camisa de fuerza para negociar, ahora sí fuera de Centroamérica. Por eso creo que don Oscar ha decidido jugarse el todo por el todo y convocar el referendo. No quiere esperar la recolección de firmas quiere un sí o un no y ya sabe como lidiar con ambos.

Brillante la acción de don José Miguel Corrales. Brillante la acción de don Oscar de convocar de inmediato el referendo. Pero la decisión señores, la decisión final está en cada urna, en cada mesa de votación y en cada conciencia de cada uno de nosotros.

lunes, abril 09, 2007

A propósito del sesquicentenario de la Campaña Nacional



Tomando en cuenta que dos administraciones (la de Abel y la de Oscar) han decidido olvidar impunemente el sesquicentenario de la Campaña Nacional (1856-1857 - 2006-2007), les dejo un recuerdo del Repertorio Americano del Maestro García Monge.

Que les aproveche...





Ante el Monumento Nacional




A la memoria de Juan Rafael Mora, víctima de la "perversa política costarricense", como él certeramente la calificó antes de morir.

Presidente despierto de Costa Rica, y Libertador de Centro América, en los años memorables del [18]56-57. Militares a sueldo de la obligarquía capitalista costarriqueña, ignominiosamente lo fusilaron en Puntarenas, Costa Rica, el 30 de setiembre de 1860. Por supuesto, ahora tiene estatua.

Jóvenes estudiantes:

Como un testimonio de la gratitud nacional, erigióse un día este Monumento a los inmortales que en los gloriosos del 56 estuvieron resueltos a no consentir opresiones extrañas en tierras de Centro América, a vivir y a hablar por su cuenta y riesgo, en su propio nombre, de conformidad con las altas normas y el ejemplo de los augustos fundadores de estas patrias. Lo erigieron los mayores para perpetuar en el bronce las ínclitas hazañas de los elegidos y con ello inscribir excelsamente la perdurable lección que sirviera de ejemplo y estímulo a las futuras generaciones. Que los pueblos previsores y magnánimos recurren a los mármoles y a los bronces para simbolizar en ellos fechas memorables, y así ponerlas a salvo de olvidos o injusticias, o como columnas miliares a lo largo de la vida, para recordarles a los que vienen que no son hijos de las peñas, que tienen precursores admirables e ilustres y una tradición estimable que conocer, respetar y proseguir.

A estos monumentos se concurre en horas solemnes como la presente, a renovar la fe en los destinos de la Patria, a buscar inspiración y luces, enseñanzas y estímulos para continuar la ruta emprendida, en alto la cabeza y regocijado el corazón.

Lo erigieron los mayores para enseñarnos cómo se defiende con fiereza el suelo nativo, que da el sustento y la libertad; cómo es bueno morir, y se sabe morir sin cobardías, por causas dignas, cuando la injusticia y la opresión amenazan el decoro de la Patria; cómo pelean con audacia los pueblos que quieren darse patria, patria grande, y libertad; no en el aislamiento sino juntos, unos en las horas de peligro, unos en las esperanzas y los regocijos, unos en las tendencias hacia ulteriores y más halagüeñas realidades. Ayer los cinco pueblos de Centro América, mañana todos los del Continente hispano; porque vamos hacia la América Una, según la trayectoria espiritual de los homagnos y videntes de estas patrias nos han descrito y que sólo cierta ceguera nos impide verla. Con lo que también quisieron enseñarnos que la patria es obra de concordia, de cooperación y simpatía, que los hijos unidos hacen la patria superior con que los buenos soñaron. Con lo cual también quisieron decirnos que las guerras intestinas conspiran contra la integridad moral y territorial de la Patria y le abren la puerta a los extraños, que se aprovechan de nuestras debilidades y rencores; que nada es más funesto para una comunidad que las oligarquías vanidosas y ambiciosillas que convierten el gobierno en un bien privado y no en lo que debe ser, un bien público; y anteponen sus egoísmos repugnantes y sin escrúpulos a la suerte misma de la Patria. Con lo que también se indica a vuestros profesores que el risueño ideal de servicio, de ser útil a los demás, de cooperar, es la primera de las lecciones morales que ellos deben daros, jóvenes estudiantes.

Lo erigieron los mayores para advertirnos que la libertad hay que conquistarla y reconquistarla continuamente, que sólo se pierden los pueblos que se cansan de ser libres; porque si importa saber cómo fuimos libres, importa más saber cómo conservarnos libres, cómo mantener en asta firme la enseña de los libertadores: el problema que ellos resolvieron en el 56 sigue siendo nuestro problema. Para advertirnos que no basta haber heredado de nuestros abuelos la tierra que fue de ellos, sino conservar y cuidar la que será de nuestros hijos: porque los viejos supieron que uno de los ineludibles deberes del hombre y del ciudadano es la conservación, a todo trance, del suelo nativo; sin él no hay libertad económica y sin esta no hay soberanía posible. La tierra es la que sustenta a hombres libres. Los pueblos que venden sus tierras porque ya no quieren, no pueden o no saben cultivarlas con estudio y cariño, de propietarios se tornan inquilinos. Es digna de la escultura esta previsora y saludable advertencia del profeta Martí a sus pueblos de América: El suelo es la única propiedad plena del hombre y tesoro común que a todos iguala, por lo que para la dicha de la persona y la calma pública, no se ha de ceder, ni fiar a otro, ni hipotecar jamás

Enseña el Monumento que Centro América y la América entera, abiertas a los intereses de la civilización occidental, no se alzaron de las aguas para convertirse en factorías de los pueblos mercaderes y codiciosos, sino tierra de libertad para humanidades ansiosas de mejorar su vida y no tan solo de hacer negocios más o menos lucrativos, o de explotar nuestros recursos naturales; para gentes que vengan a construir sinceramente la patria de la nueva cultura, del hombre nuevo, que funda su prestigio y su decoro en vivir según las imperecederas normas de la justicia, la libertad, la belleza y la verdad.

Este Monumento rememora sucesos que le dan a Costa Rica, a Centro América, un sentido internacional en el Continente; que dicen cómo en días inolvidables los nuestros hablaron en su historia de pueblos pequeños y se crearon la conciencia de un cargo que cumplir en los destinos de nuestra América. Porque el buen suceso de la lucha contra el plan siniestro de Walker y de los mercaderes a él asociados, -si es que fue el de convertir a Centro América en una agencia de esclavos negros- en cierto modo desvió la iniquidad, que al extenderse, habría degradado a nuestra América, destinada por la Historia a empresas superiores de cultura. No se hizo la América para traficantes de esclavos.

Como se ve, no están desligados los sucesos históricos, que los pueblos chicos influyen a su vez en la suerte de los mayores. Sintamos, por lo mismo, la conciencia de que en estas tierras se han decidido y se decidirán acontecimientos de la Historia que tienen resonancias continentales. Así es la patria cuando se la comprende de veras, un estado de alma, de cultura, un estado de conciencia superior, conciencia de que se tiene una función y un valor, de que como hombres y como pueblos, hemos venido a este mundo a hacer algo que valga la pena. No en balde se dan patria los hombres, que se la dan para crear y crecer. Se habla de una conciencia nacional: pues bien, nada más difícil de adquirir que eso, que es mucho más que los meros instintos territoriales de un pueblo. Afortunados los países que en los fastos de sus progenitores, los nuevos hallan qué admirar e imitar. De tal admiración consciente les brota de las entrañas como un manantial de fuerzas espirituales fecundas que los hace verse más altos. En cambio, qué estéril y qué triste es la vida de los pueblos que padecen incuria, que ignoran lo que valieron sus precursores, que apenas si se dan cuenta de la indiferencia que va pagando en ellos sus ideales y entusiasmos. Se esculpieron en bronce las hazañas de los héroes, para declararnos una vez por todas que el pretérito debe conocerse y amarse, porque expresa una tradición que nos vincula con la Patria que hicieron los egregios finados de la familia. Para declararnos que hay que oír la voz de los próceres voz de la Historia, que guía a estas patrias por caminos mejores y más claros: que marchan sin brújula, y andan como a tientas, y están como perdidos, los países que no apoyan un pie en la tradición, que no consultan el testimonio autorizado de los mayores que más supieron de los negocios de sus pueblos, y los amaron, y por mejorarlos se desvelaron. El Monumento nos enseña lo que vale para una nación el espíritu previsor y vigilante de su Primer Magistrado y de cuán incalculables son los males de un pueblo que mira con indiferencia su suerte. Como también nos dice que no debemos desesperar nunca, porque en las horas tenebrosas e inciertas los pueblos tienen el gobernante oportuno que les hacía falta.

Enseña el Monumento que las leyes morales se cumplen inexorablemente y que no deben ser ultrajados los pueblos chicos por ser chicos; que también los poderosos se tambalean cuando fundan sus relaciones con los demás en el atropello y la injusticia. Y anticipándose en medio siglo a la reciente guerra europea [Primera Guerra Mundial 1914-1918], proclama que los pueblos pequeños, si son dignos, si no son serviles, si son ilustrados y laboriosos, también tienen derecho a ser libres como los grandes, y que si hay un coraje sagrado es el de los pueblos que se yerguen como un solo hombre en defensa de sus más caras libertades. Por eso ved, sentid vosotros, oh jóvenes, como un soplo de tempestad que agita las figuras del Monumento: Es el ademán como de fuerzas de la Naturaleza de pueblos nuevos en marcha, que aún empuñan la lanza porque todavía aletea en la sombra los genios del Mal y de la Perdición: que ya no brilla la codicia conquistadora en la punta de las bayonetas sino en el disco de las áureas monedas. Si es sumamente grave que aventureros extraños se atrevan a comprar la patria, lo sería mucho más, e ignominioso, que hijos del país de bruces se la vendieran. Conmovéos, pues, con esa resolución que se les ve a las esculturas de vencer y de ser libres; se yerguen a paso de victoria, antes y hoy, y mañana también. Jóvenes estudiantes, ¡si lo que aguardan estos sacros bronces y los sucesos que rememoran es el cantor inspirado, que los materiales del poema inédito y las proporciones homéricas de los héroes y de las hazañas ahí están ante vuestro amor y curiosidad!


El Monumento es simbólico y en ello, su valor espiritual permanente. Dice de la actitud vigilante y defensiva contra los enemigos malos de la Patria, contra los exteriores que la amenazaron un día, y pueden amenazarla, pero también contra los internos que la amenazan a todas horas. La Costa Rica de nuestros padres expulsó del suelo materno al filibustero calculista e inescrupuloso, pero la de nuestros días tiene que sacarse del alma la concupiscencia, la codicia del oro -en muchos ciudadanos- adquirido por medios fáciles o ilícitos; la pasión del lujo, y la frivolidad -en muchas ciudadanas- ; las cuantiosas deudas públicas y privadas, de lo que son secuela; la indiferencia por lo propio, la pereza, el alcoholismo, las enfermedades sociales y las discordias civiles, enemigos más terribles e implacables que los aventureros extraños: imponerse -como lo está haciendo la madre España- la disciplina creadora, constructora, del trabajo, del ahorro y del estudio, hasta hacerse digna de los progenitores en aspiraciones y realizaciones.

Es simbólico el Monumento y habla de batallas que soldados de Costa Rica , a toda hora pronta al sacrificio y al servicio, dieron por la libertad y la justicia; y habla de sucesos que aleccionan a un pueblo para que empuñe la lanza cuando las empresas libertadoras y justicieras lo requieran no más; y habla también de cómo los muertos ilustres cuyas hazañas rememora no están muertos, sino que han de revivir con sus enseñanzas y ejemplos, en la conciencia de sus conciudadanos: como guías en las nuevas batallas que son las que ganemos nosotros por la nueva cultura, en su nombre y en el de la Patria. Que si en la guerra memorable Costa Rica iba a la vanguardia, en la paz vaya también, por la sensatez, por el espíritu previsor, liberal y progresista de sus hombres y mujeres dirigentes.

Es un símbolo el Monumento y en él se yerguen altivas e indignadas las patrias luchadoras de ayer, esculpidas en forma de mujeres para enseñaros, oh señoritas -tantas señoritas como aquí veo-, que vosotras sois la Patria misma, que haréis sana y fuerte en los niños venideros, y formaréis honrada y pulcra, si ese es vuestro ideal y resolución inquebrantables, si para ello en verdad os han educado. Jurad al pie del Monumento Nacional, con la conciencia clara de que sois las mantenedoras y salvadoras de la Patria, de que ésta se redime si a vosotras se redime, de que a ella se ofende si a vosotras se ofende, de que la envilecen los que os envilezcan: jurad que de vuestros regazos saldrá la Patria nueva, sencilla, sin ostentaciones, estudiosa, laboriosa y previsora, preocupada cordialmente de sus sementeras y de sus niños. Que al fin de cuentas, jóvenes estudiantes, al corazón, a las entrañas mismas de la Patria con las mujeres se llega, y sin ellas al trastorno, la disolución y la muerte.

Joaquín García Monge
Repertorio Americano 3:29, 1921
San José de Costa Rica,
15 de setiembre 1921